sábado, 12 de abril de 2014

AMIGOS Y KILÓMETROS

Partiendo de la base que cada uno entiende la amistad y el entretenimiento de manera personal y que lo que a uno le divierte a otro no, empezamos nuestro post. En mis viajes he ido con personas con los que jamás volveré a ir y he estado con otros que me ha encantado su compañía, así es la vida. Debemos tomarla tal y como es, de ahí parte la llamada "selectividad" y es que viajar en moto es algo personal, yo, personalmente no necesito ir a una concentración porque entre tanto desconocido me sentiría "muy solo" y tampoco soy amigo de tanto ruido, barullo y semejante aglomeración de personal, yo soy de rutas tranquilas con amigos de confianza y gustos sencillos y tranquilos como gozar del paisaje y el viaje. El amigo te entiende sin soltarle un discurso, no tienes que repetirle lo amigos que somos, la amistad fluye no se administra ni se coacciona, se va haciendo fuerte con el tiempo, el roce y las alegrías que es lo que realmente une a las personas, también la desdicha y los problemas pueden unirte pero tampoco quieres un amigo para aburrirle con tus "problemillas" todo el tiempo, hay que ser conscientes de lo que damos y de lo que recibimos sin que deba haber una medida exacta para ello. Das lo que puedes y lo que tienes, si te exigen más no es amistad es interés.
Con unos más que con otros, todos tenemos nuestros cómplices preferidos, en mi juventud una de esas personas era Taieb a quien todos llamaban "Baba" (papá en árabe) me apena no tener una foto a mano suya, en los años 70 no nos preocupabamos de llevar una cámara fotográfica o de vídeo, años después saldrían camaras de fotos y video para todos los publicos pero insisto preferíamos ir casi de incógnito, realmente eramos muy discretos. A pesar de nuestra buena amistad teníamos nuestros pequeños enfados y no nos  hablábamos en toda la mañana, me direis que en moto es algo normal no hablarse, os aseguro que Taieb necesitaba parar cada 2 horas para fumar y estirar las piernas.  Hace años le hice una visita, ahora tendrá unos 80 años y estoy seguro que si se lo  pido es capaz de volver a montar en moto y hacer unos kilómetros. Saber sacar lo mejor de una experiencia, que un pinchazo, una caída o cualquier percance no signifique el fin del viaje es la actitud que debe tenerse en viajes moteros. Ser uno con la moto y el compañero, parar y sorprender en cada momento era algo inato en Baba, te agasajaba con un super-desayuno, una charla o un cigarrito en un mirador digno de pararse y comtemplar la belleza del mundo como solía decir ¡Que mandar! significa que vista más bonita, más bella, más espectacular, creo que en realidad ese era el objetivo de nuestros viajes ver y conocer nuevos rincones, estar con nuevas gentes en su mayoría humildes pero que te entregaban su casa y su corazón nada más conocerte, si por algo se distingue el marroquí es por su hospitalidad, la forma tan franca y sencilla de honrar a su huesped. De esta forma conseguí hacer grandes viajes a los cuatro puntos cardinales de Marruecos de más o menos duración pero siempre con el corazón alegre y con la sensación de estar haciendo algo bueno, grande que perduraría en el recuerdo de los dos, a veces hemos sido cuatro o seis amigos, pero en contadas ocasiones se mantuvo el buen rollo hasta el final, cuando empezaron a escasear los dineros, las provisiones y menguaban las ganas precisamente por la falta de compenetración entre todos los componentes del grupo era cuando salían a relucir lo peor de todos, y tú o te tienes que posicionar o lo pasas muy mal el resto de la ruta. Por eso tengo claro la clase de compañía que deseo en mis viajes, nunca el dicho "mejor solo que mal acompañado" tuvo más significado para mí que en estos casos, a esto debo decir que en compañía todo es mejor te diviertes más y sobre todo algo fundamental "compartes" algo que solo nunca lo harás hasta que venzas a tu peor enemigo "tú mismo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario